En el despertar de mis recuerdos,
allá hace tan poco,
parece que fuese ayer,
emprendí mi memoria,
en la belleza de mi Madre,
en el azul de sus ojos,
inicié, / comencé a admirar el cielo,
en el suave reposar, de mi diminuto cuerpo,
en el vértice de una ladera,
sobre la verde, suave hierba,
junto del pequeño arroyuelo,
aun suena el chapoteo,
de las diminutas manos,
en el fresco torrente,
como escapando hacia atrás,
ante la sonrisa,
el sutil abrazo, me supo a cielo,
y aquella tu risa a gloria….
Galilea 2010
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