No seré yo
quien celebre tu caída
ni tan siquiera contaré tus pasos
para justificar tu anonimato
entre las azucenas sucumbidas
al calor del desprecio y del engaño.
No seré yo quien ría en ese espacio
donde el escarnio público
se nutre del caído en desgracia.
Nunca quise ser juez,ni mentor
ni becario de las buenas virtudes
ni el ejemplo de nada,
por eso tenderé
con franqueza mi mano
para que nunca más
seas obviada
vejada y vapuleada por la plebe
sedienta de enterrar al derrotado;
por eso sentirás que no estas sola,
en dirección contraria a la manada,
y sabrás que el camino
no termina
por mucho
que se pueble de guijarros.
No seré yo quien dicte
tu sentencia,
eso se lo reservo a tantos jueces
cargados de razón y de prejuicios,
incapaces de atarse los zapatos
donde el escarnio público
se nutre del caído en desgracia.
Nunca quise ser juez,ni mentor
ni becario de las buenas virtudes
ni el ejemplo de nada,
por eso tenderé
con franqueza mi mano
para que nunca más
seas obviada
vejada y vapuleada por la plebe
sedienta de enterrar al derrotado;
por eso sentirás que no estas sola,
en dirección contraria a la manada,
y sabrás que el camino
no termina
por mucho
que se pueble de guijarros.
No seré yo quien dicte
tu sentencia,
eso se lo reservo a tantos jueces
cargados de razón y de prejuicios,
incapaces de atarse los zapatos
No hay comentarios:
Publicar un comentario