Algo
me enseñó que hay que ser un poco egoísta con la gente,
hay que
aprender a no contar a cualquier común nuestros sueños,
vicios, ni
obsesiones,
pensar muy bien antes de regalar una palabra o una nube y,
y más que todo sobre todo,
cuidar las sonrisas sinceras
Andrés Caicedo
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